Si una cosa puede definir Suecia (o los países nórdicos en general) es que allí todo es #pretty! Los chicos, las chicas, los muebles, los cafés, los bares, los hoteluchos, los hotelarros, las casas, las tiendas de Ikea, los colmados de los ‘pakis’….y, evidentemente, el mundo del vino también tenía que ser #pretty.

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Hoy en el blog no voy a hablar de diseño de etiquetas de vino, sino de un nuevo concepto de hotel que he descubierto estos días en un reciente y fugaz viaje a Estocolmo. Nos situamos a las afueras de la ciudad, camino del aeropuerto, y nos encontramos con el The winery hotel. Su nombre ya lo dice todo. Es un hotel (de temática vitivinícola y con exquisito diseño nórdico) pero también es una bodega, con sus prensas, sus laboratorios, sus tanques de acero inoxidable, sus barricas de roble francés, su marca de vino propio y su mercado. Lo único que no tienen, claro está (aunque me confirman que en el sur de Suecia sí los hay), son viñedos y uva fresca. Pero esto no es un problema. Helen Rosberg, event manager del hotel, me lo explica: “Uno de los socios del proyecto es un bodeguero de la Toscana. La idea es, a partir del próximo septiembre, coger la uva en Italia y transportarla hasta el hotel para hacer la vinificación. Sabemos que esto es un gran reto para nosotros porque no podemos predecir en qué condiciones va a llegar la uva,  pero vamos a poner todos los esfuerzos para que lo haga de la mejor manera posible”. Desde Italia a Suecia han contado que hay 28 horas en camión, dos conductores, cajas pequeñas y una correcta climatización. Una vez aquí, el enólogo Luca Rettondini (le Macchiole) será el encargado de dar forma a la primera añada de este vino conreado en Italia pero elaborado 2300 kilómetros al norte. De momento, en los tanques y barricas de the Winey Hotel ya descansan 8.000 litros de vino tinto vinificado en la Toscana pero que se embotellará en Estocolmo este mes de marzo.

Moa Söder y Helen Rosberg en una de las habitaciones del hotel.
Moa Söder y Helen Rosberg en una de las habitaciones del hotel.

Más allá de la bodega, ubicada en el hall del establecimiento a vistas de todos los visitantes, The winery hotel cuenta con 184 habitaciones, 2 restaurantes, 1 enoteca, 1 terraza con bar y piscina, diferentes salas de reuniones y más de 300 referencias de vino de alrededor del mundo para satisfacer las exigencias de los winelovers más sibaritas. Haciendo gala del diseño sueco en su máximo potencial, todo en este hotel ha sido pensando para y por los amantes del vino. “Las paredes se han pintado de colores verde y tinto como la uva, para la decoración utilizamos cajas de madera de vino, los suelos son una imitación al corcho, los techos buscan el toque industrial de las bodegas…” dice Moa Söder, jefa de marketing del hotel. Y más allá de los servicios de restauración, en tan solo dos meses de su inauguración, el centro se ha convertido en un auténtica casa del vino: “organizamos catas, eventos, maridajes, visitas a la bodega y siempre se llenan de gente de la ciudad. La verdad es que se ha convertido en un sitio más popular de lo que pensábamos, sobre todo el restaurante, y esto nos ha pillado por sorpresa” comenta Söder. Si siguen así, pronto habrá que situar Suecia entre los principales destinos enoturísticos del mundo. Vayan acostumbrándose al vocabulario: Skål!! (o lo que es lo mismo, ¡Salud!)

 

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Grand Opening from The Winery Hotel on Vimeo.

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