Lalaland ha sido una de los títulos imprescindibles en la cartelera de 2017. Pero antes de la película, antes de que Emma Stone y Ryan Gosling se encontraran en Hollywood, y antes de que saliéramos del cine cantando a las estrellas y bailando a escondidas, Lalaland ya tenía un vino. Un vino australiano que… guess what? Es propiedad de Freixenet.
Más allá de la película, La la land es una expresión inglesa para denominar este estado mental en el que estás absorto, como en tu mundo, desconectado un poco de la realidad. Eso que estás en un bar con tus amigos haciendo vinitos y tu allí pensando en tus cosas y creando, quizás, una gran idea. Pues este momento inspiró a los enólogos de Wingara Wine Group, la pata australiana de Freixenet i, desde ya hace años, tienen al mercado estos Lalaland wines.
“No, no tenemos ninguna conexión con la película ya que nuestros vinos están al mercado desde ya hace unos años. Pero estamos muy contentos del éxito del film, así com el de nuestros vinos” nos dice, desde Melbourne, Anna Aldridge. Lo que si que es cierto es que el tirón de la película ha beneficiado muchísimo las ventas de estos vinos que incluso se han servido de la imagen de LalaLand para promocionarse. “En Australia, han pasado de ser unos vinos normalitos, a ser unos vinos muy populares”, nos confirmaban desde Freixenet.
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