En Prettywines ya estamos acostumbrados a que, siempre que viajamos a la Rioja, lo hacemos de forma express. Lo hicimos en 2014, en 2017 y ahora no podíamos fallar en la 3a edición de La Cata del barrio de la Estación. 48 horas locas en que las siete bodegas de Haro que se encuentran en este enclave riojano lo dan todo para mostrar al mundo sus máximas excelencias.
Solo 3.500 personas (la entrada costaba más de 80 euros y se agotaron en un plis plas) pudieron disfrutar de tal evento en lo que fue una gran fiesta popular en nombre del vino que tuvo lugar el 16 y 18 de junio (y a la que tuvimos la suerte de asistir en su jornada profesional).
Lo bueno del barrio de la Estación es que se puede llegar en tren y que en pocos metros tienes a tu disposición a 7 de las grandes bodegas de La Rioja. Diseño, vino, historia, paisaje, cultura, gastronomía… todo confluye en un trayecto de primera clase y alta velocidad. La fiesta de la Cata del barrio de la Estación tiene lugar aproximadamente cada dos años pero la experiencia se puede repetir en cualquier momento y cualquier formato. Es un buen ejemplo de ver como empresas que son competencia en las cartas de los restaurantes, se unen aquí para promover la cultura del vino y hacer más grande la región de la Rioja.
En la jornada profesional tuvimos la suerte de asistir a la cata magistral con la Master of Wine Sarah Jane Evans con la que nos pudimos hacer una buena idea del momento vitivinícola que vive la Rioja… con los tempranillos añejos de toda la vida, pero también con algunos vinos más jóvenes, más amables y más acorde a las nuevas tendencias del sector.
Las 7 bodegas del barrio de la Estación
Bodegas Bilbaínas/Viña Pomal
Justo delante de la estación del tren. Es salir de vagón y entrar a la bodega. Me sorprendieron sus vinos más experimentales, aquí llamados ‘vinos singulares’ y que juegan con variedades blancas como la maturana o la tempranillo blanca. También pude ver en primera persona el resultado de la campaña ‘Llamame clásico’ de Viña Pomal (y de la que ya hablamos en el blog) que hace un año tatuó literalmente varias barricas de vino y empezó una crianza especial en motivo de la cata del barrio de la Estación.
Cune
En esta bodega tuve un gran descubrimento: el vino blanco Monopole Clasico. Una edición especial de 2014 que une a dos de las denominaciones de origen más antiguas de España: La Rioja y el marco de Jerez. Resulta que años ha, a los vinos blancos riojanos, elaborados mayoritariamente con viura, se les añadía siempre un pequeño porcentaje de vino de Palomino procedente de Andalusía. Con los años, y también por imperativos legales de las mismas denominaciones, esta tradición se abandonó hasta que, en 2014, la bodega Cvne decidió hacer un homenaje a sus antecesores e invitó a su antiguo enólogo (ahora con más de 80 años) a que reprodujera los vinos de antaño. Un experimento que se pudo degustar en la Cata del Barrio de la Estación y que me sorprendió muchísimo por sus notas tostadas y, sobre todo, por su agradable textura.
GÓmez Cruzado
Su vino tinto Honorable 2014 fue también uno de los que más disfrute en la cata de Sara Jane Evans. Gomez Cruzado es una de estas bodegas majestuosas que ha tenido idas y venidas en los últimos años pero parece que poco a poco va encarrilando su rumbo de nuevo. De la bodega me gustó sobre todo su sala de catas, una habitación de cristal encima de las barricas.
La Rioja Alta
Una gran bodega con un bonito jardín y una impresionante colección de arte. De ellos se dice que hacen los vinos más finos de la Rioja, los más “estilo Borgoña”, cosa que pudimos comprobar catando pequeñas joyas como un Viña Ardanza Reserva Especial 2001 (notas torrefactas muy curiosas) o una fina garnacha 2017 de la Finca La Pedriza (Tudelilla).
Muga
Otro clásico de las cartas de vino de medio mundo cuando de la Rioja se trata. En bodegas Muga no solo encontramos vino de tempranillo bien envejecidos sino también algunos cavas o vinos jóvenes muy faciles de beber. Tras dos días de vinos y comilonas en la Rioja salí enamorada de su nuevo rosado Flor de Muga 2017.
BOdegas Roda
Es una apuesta moderna y tecnológica . Es la bodega del barrio de la Estación más alejada del tren, por lo tanto, es un buen punto de inicio si después de tanto vino nos cuesta encontrar el camino de vuelta a casa. Su vino ‘top’, el Cirsion, es una gozada y aunque no es el más añejo sí que es el más elegante y refinado.
López de Heredia
Poco se puede decir de más sobre este hito de la Rioja. Ya estuvimos allí en 2014 y nos quedamos impresionados por la sala de catas de Zaha Hadid. De esta visita, me quedo con el vino rosado Viña Tondonia 2007… un vino de limitadísima producción (y de restringidísima cata) que tuve la oportunidad de degustar y que demuestra lo que ya hace tiempo se viene viendo… y es que no es solo que los rosados estén de moda sino que, bien trabajados, con ellos se pueden hacer maravillas.

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